Hace aproximadamente un año y medio escribía una entrada en mi página en la cual hablaba de como cambiaba la vida y el como me fui, lentamente, alejando de la manera en que enfrentaba la fotografía y de lo que lo rodeaba. Hoy, básicamente es la misma idea, ya que no he podido retomar la misma relación que tenía con la fotografía hace casi dos años. No se si insistir o asumir que todo cambió…quizás nunca debió haber sido como era y esto es como debería ser…quizás, nada es como es.
Luces halógenas, rostros, espacios, piel, sombras, personajes desconocidos que confiaron en otro desconocido y que finalmente produjeron una amalgama de lo que se desea con lo que se tiene, lo que necesito con lo que ofreces, un trabajo, un desarrollo. La confianza entregada y recibida otorgó, no tan solo un material visual y tangible, si no que también un desarrollo personal y emocional, por lo menos en mi (no me consta lo que sucedió con “esos personajes desconocidos”).
Me gustaría volver a esas andanzas, a esos proyectos, las sombras, los rostros, los personajes (quizás esta vez no tan desconocidos), a esas confianzas que se crean de manera casi mágica y desinteresada, paradójicamente basadas en necesidades, y volver nuevamente a generar esa fusión, esa amalgama… y darle forma, tangible e imaginaria, pública y personal.
Quizás todo esto es solo una idea, quizás sea real, aunque quizás…nada es como es.
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